viernes, 12 de diciembre de 2008

LA BIBLIA INSPIRADA POR DIOS

La Biblia es el único libro escrito por inspiración de Dios, en el sentido de que Dios ha guiado personalmente a sus escritores. La inspiración de la Biblia se define como una enseñanza que Dios ha impartido directamente a sus autores y que, sin destruir ni anular su propia individualidad, su estilo literario o intereses personales, Dios ha transmitido en la misma Su completo e íntimo pensamiento, y así ha quedado registrado por sus autores humanos. Al formar las Escrituras, es cierto que Dios empleó a escritores humanos; pero esos hombres, aunque no pudieran haber comprendido todo lo que estaban escribiendo, sin embargo, bajo la guía de Dios y su mano directriz, produjeron los 66 libros que forman la Biblia, en la cual se halla una fascinante continuidad y una constante evidencia de la obra del Espíritu Santo dirigiendo sus plumas. Por tanto, aunque escrita por medios humanos, la Biblia es el mensaje de Dios al hombre, más bien que un mensaje del hombre para su prójimo. Sin importar si las palabras registradas son las que Dios dictó literalmente, las copias halladas de antiguos códices y los resultados de la investigación acerca de los autores humanos, o de sus pensamientos, aspiraciones y temores, demuestran que en cada detalle Dios guió a esos hombres de tal forma que lo que ellos escribieron fue precisamente lo que Dios intentó que escribieran, con el resultado, pues, de que la Biblia es, ciertamente, la Palabra de Dios. Aunque ciertos pasajes de la Biblia puedan diferir notablemente en su carácter, todas y cada una de las palabras de la Escritura son igualmente inspiradas por Dios.

INSPIRACIÓN VERBAL Y PLENARIA.

En la historia de la iglesia, la visión ortodoxa de la inspiración ha sido descrita como verbal y plenaria. Por inspiración verbal se quiere significar que el Espíritu de Dios fue quien guió la elección de las palabras usadas en los escritos originales. Sin embargo, la Escritura indica la factura humana. Varios libros de la Biblia reflejan las características personales del escritor, en estilo y vocabulario, y con frecuencia sus personalidades están expresadas en sus pensamientos, opiniones, plegarias o temores. No obstante, aunque son evidentes los elementos humanos en la Biblia, la doctrina de la inspiración plenaria sostiene y afirma que Dios lo dirigió, de tal forma que todas las palabras que fueron usadas, lo fueron igualmente por Dios, e inspiradas por El. Esto se pone de relieve por el uso de la palabra «plenaria», que significa «completa inspiración», como término opuesto a los puntos de vista que afirman que sólo hay una parcial inspiración en la Biblia.

Otras palabras descriptivas adicionales se añaden con frecuencia para aclarar lo que es la doctrina ortodoxa. Se declara que la Escritura es infalible en el sentido de ser precisa e inmune a todo error. También se declara que la Escritura es inerrable, significando con ello que la Biblia no contiene ningún error, como declaración de hecho. Aunque la Biblia puede registrar en ocasiones declaraciones de los hombres que no son ciertas, o incluso palabras de Satanás, como en Génesis 3:4, en todos esos casos, aunque la declaración atribuida a Satanás o a los hombres está fielmente registrada, está claro que Dios no afirma la verdad de tales declaraciones. Al afirmar que la Biblia está verbal y totalmente inspirada, además de ser inerrable e infalible en sus declaraciones de la verdad, se sostiene que la guía perfecta y sobrenatural de Dios es suministrada a toda palabra de la Escritura, de tal forma que la Biblia pueda ser considerada como una precisa y exacta declaración de la verdad divina.

La seguridad de la inspiración se aplica, por supuesto, a los escritos originales solamente y no a las copias, traducciones o anotaciones. Como no existe ningún manuscrito original, los eruditos se han extendido en gran medida para determinar la precisión del texto de la Biblia de que ahora disponemos. Para el propósito de enseñar la verdad, puede presumirse y tenerse por cierto de que nuestras presentes copias de la Biblia son exactas reproducciones de los escritos originales. Si bien existen pequeñas variantes en el texto, tales variaciones apenas afectan cualquier enseñanza de la Biblia y los hallazgos posteriores de manuscritos tienden a confirmar esta conclusión. Para todos los propósitos prácticos, el Antiguo Testamento, escrito en hebreo, y el Nuevo, redactado en griego, pueden ser aceptados como la verdadera Palabra de Dios y una auténtica declaración de lo que Dios intentó comunicar al hombre.


¿CÓMO PODEMOS SABER QUE LA BIBLIA DICE LA VERDAD?

Se han escrito cientos de libros acerca de las pruebas de la inspiración de la Biblia, y tales pruebas son muchas y muy variadas. Pero desafortunadamente muchas personas no han leído ninguno de estos libros. De hecho, la Biblia misma ha sido leída por muy pocos. Por lo cual, mucha gente tiende a quedarse con la desilusión común de que la Biblia está llena de errores y además todo eso no tiene mayor importancia para nuestro mundo moderno.

Sin embargo, los escritores bíblicos claman y reclaman repetidamente que ellos han transmitido la verdadera Palabra de Dios, infalible y autorizada en el más alto grado. Decir esto es algo sorprendente para cualquier escritor, y si por suerte un buen número de ellos se equivocasen en tales reclamos, entonces han sido mentirosos, o dementes, o ambas cosas a la vez.

Pero, por una parte, si el más grandioso e influyente libro de todos los tiempos, y que contiene la más hermosa literatura y el código moral más perfecto y jamás conocido, fue escrito por fanáticos decepcionados, entonces es inútil buscar algún significado y propósito en este mundo.

Si alguien investigase estas evidencias bíblicas, encontraría que los reclamos de la divina inspiración (atestada más de 3.000 veces en diferentes formas) serían ampliamente justificados.

PROFECÍAS CUMPLIDAS

La notable evidencia de una profecía cumplida es sólo un caso. Cientos de profecías bíblicas han sido cumplidas, específica y meticulosamente, con frecuencia mucho tiempo después que el escritor de la profecía ha dejado de existir.

Por ejemplo, Daniel profeta, alrededor del 538 a. C., predijo (Dn. 9:24-27) que Cristo vendría como el salvador prometido y Príncipe, 483 años después que el emperador persa diera a los judíos la autorización para reconstruir Jerusalén, que estaba en ruinas. Esto fue clara y definitivamente cumplido, cientos de años más tarde.

Hay diversas profecías referidas a naciones y ciudades específicas y otras referidas a los eventos de la historia en general, y todas literalmente cumplidas. Más de 300 profecías fueron cumplidas por Cristo mismo en su primera venida. Otras profecías tratan de la propagación del Cristianismo, como también de falsas religiones y de muchos otros argumentos.

No existe ningún otro libro, antiguo o moderno, como este. Las profecías peregrinas, y generalmente erróneas, de personas como Jeanne Dixo, Nostradamus, Edgar Cayce, y otros como ellos, de ningún modo se pueden considerar de la misma categoría; lo mismo se puede decir sobre libros de otras religiones, tales como el Corán, los Anales de Confucio, y escritos de religiones símiles. Únicamente la Biblia manifiesta esta clara evidencia profética, y lo hace de tal manera que cualquier otra explicación resulta absurda, si no es por revelación divina.

EXACTITUD HISTÓRICA SINGULAR

La exactitud histórica de las Escrituras es única en su clase, muy superior a los escritos de Egipto, Asiria, y otras naciones más recientes. Confirmaciones arqueológicas de los datos bíblicos han sido casi innumerables en los últimos cien años. Dr. Nelson Glueck, probablemente la mayor autoridad moderna sobre Arqueología israelita, ha dicho:

"Ningún descubrimiento arqueológico se ha contrapuesto jamás a una referencia bíblica. Se han realizado listas de resultados arqueológicos y afirmaciones históricas que se confirman claramente y con lujo de detalle en la Biblia. Y de igual modo, una justa evaluación de las descripciones bíblicas han conducido frecuentemente a asombrosos descubrimientos."

EXACTITUD CIENTÍFICA

Otras asombrosas evidencias de inspiración divina se encuentran en el hecho que muchos de los principios de la ciencia moderna fueron registrados como acontecimientos de la naturaleza en la Biblia, mucho antes que los científicos los confirmaran experimentalmente. Un ejemplo de éstos incluiría:

  • La redondez de la tierra (Isaías 40:22)
  • La casi infinita extensión del universo sideral (Isaías 55:9)
  • La ley de la conservación de la masa y de la energía (2 Pedro 3:7)
  • El ciclo hidrológico (Eclesiastés 1:7)
  • El vasto número de estrellas (Jeremías 33:22)
  • La ley de la creciente entropía (Salmo 102: 25-27)
  • La primordial importancia de la sangre en el proceso vital (Levítico 17:11)
  • La circulación atmosférica (Eclesiastés 1:6)
  • El campo gravitacional (Job 26:7)
  • Y muchos otros.

Desde luego que estos ejemplos no han sido expuestos en lenguaje técnico de la ciencia moderna, sino en términos del mundo elemental de la experiencia cotidiana del hombre; sin embargo, todos ellos están completamente de acuerdo con los hechos científicos más modernos.

Es también significativo que jamás ha sido demostrado un error real en la Biblia, en ciencia, en historia, o en algún otro argumento. Desde luego que ha habido muchos reclamos, pero los investigadores conservadores de la Biblia siempre han sido capaces de ofrecer soluciones razonables a tales problemas.

ESTRUCTURA SINGULAR

La extraordinaria estructura de la Biblia también debe ser enfatizada. Si bien es una colección de 66 libros, escritos por más de 40 diferentes autores, en un período de 2,000 años, con todo es un solo libro, con perfecta unidad y consistencia.

Los escritores individuales, al tiempo de escribir, no tenían idea que su mensaje era destinado a ser incorporado en un tal Libro, sin embargo cada uno se colocaba perfectamente en su lugar y ofrecía su único y propio propósito como un componente del todo. Quien estudia diligentemente la Biblia encontrará continuamente una extraordinaria estructura y patrones matemáticos ensamblados a través de su tejido, con una complejidad y simetría incapaz de deshacerse por casualidad o colusión.

El tema central de la Biblia, desarrollado con grande esplendor del Génesis al Apocalipsis, es la extraordinaria obra de Dios en la creación y la redención de todas las cosas, a través de su único Hijo, el Señor Jesucristo.

SINGULAR INFLUENCIA DE LA BIBLIA

La Biblia es también única en términos de su efecto sobre individuos y sobre la historia de las naciones. Traducido a más de 2,800 idiomas, es el Libro más vendido de todos los tiempos, dirigiéndose a mentes y corazones, estimado al menos por algunos de cada raza, nación o tribu a donde ha llegado, ricos o pobres, investigadores o no, reyes o gente común, hombres de toda clase de nivel literario y experiencia de vida. Ningún otro libro ha sido considerado jamás de tal dimensión universal ni ha producido tales efectos duraderos. Una última evidencia que la Biblia es veraz se encuentra en el testimonio de quienes han creído en ella. Multitudes de gentes, en sus experiencias personales, en el pasado y en el presente, han descubierto que sus promesas son verdaderas, su consejo saludable, sabios sus mandatos y restricciones, y su hermoso mensaje de salvación responde a cada necesidad en el tiempo y en la eternidad.